jueves, 1 de mayo de 2014

El día del eBook

El año pasado se cerró con un aumento en el número de libros electrónicos publicados por las editoriales, aunque la cifra no debería ser motivo de orgullo. Durante el año, según la agencia del ISBN, se publicaron en España 20.402 textos electrónicos, sólo 323 más que en el año 2012. El número de libros impresos registrados en el mismo periodo experimentó una caída de cerca de un 15%. Las cifras de la agencia no incluyen los datos de Amazon, que cuenta con una popular plataforma de autoedición, así que el total de textos electrónicos podría haber crecido de forma más firme.

¿Y las ventas? Pocos motivos para la alegría: 2013 ha sido un año desastroso. Según la Federación de Gremios de Editores de España cayeron un 10,9% en el año y ahora están en los mismos niveles que tenía la industria en 2001. Compramos menos libros y, aunque cada vez adquirimos más títulos digitales, siguen siendo aún una parte pequeña del mercado, menos del 10% en el caso de los de ficción, y con precios cada vez más bajos.

Puestas en contexto, estas cifras confirman que la transición hacia el modelo digital avanza, pero probablemente no a la velocidad que querrían los editores. Como ha ocurrido en el negocio de la música, el cine o la televisión, añoran la bonanza de las décadas pasadas, cuando la venta del producto físico en tienda soportaba la estructura del negocio. El futuro digital es incierto y todos los cambios, incómodos.

A la hora de buscar culpables, tres destacan claramente en sus listas. Amazon es vista como una seria amenaza. Lo es en parte por su política independiente en cuanto al precio del libro físico, pero también por el papel cada vez más dominante en todos los procesos de la industria, desde la autoedición hasta la venta de soportes de lectura —su gama Kindle—. A principios de 2013, Amazon tenía casi el 30% del mercado de ventas de libros electrónicos, sólo por detrás de Apple, que llegó a España con iBook Store unos meses antes que la plataforma Kindle. Aunque aún no hay cifras disponibles sobre el año 2013, es probable que la situación se haya invertido. Fnac y El Corte Inglés ocupan la tercera y cuarta posición en el mercado.

La segunda queja es el IVA del libro electrónico, que en estos momentos se sitúa en el 21% frente al 4% de los libros del papel. La disparidad se ha tratado de eliminar en el pasado, pero sin éxito. En marzo, una propuesta de CiU en el Congreso para equiparar el IVA de ambos productos fue rechazada. El Partido Popular, que votó en contra de la iniciativa, señala que es competencia de Bruselas, no del Gobierno español, regular el estado del libro electrónico, que ahora mismo no se considera un producto cultural sino un servicio.

La piratería es un problema creciente en el mundo editorial e igual de complejo a la hora de analizar que el que afecta a la música o el cine. Según el observatorio de piratería y hábitos de consumo de contenidos digitales elaborado por la consultora GfK, 12 de cada 100 internautas españoles han descargado alguna vez un libro pirateado. Las pérdidas estimadas por lucro cesante —lo que hubieran recibido si esas descargas fueran pagadas— ascenderían a 45 millones de euros.

No está claro si esa cifra correspondería con el impacto real que tendría su reducción. No todos los internautas que descargan esos libros los comprarían si no tuviesen un canal alternativo de descarga gratuita. El año pasado, la editorial Springer reconoció que las ventas de libros electrónicos de su catálogo no se habían visto afectadas de forma significativa por el aumento de piratería. La compañía, en cualquier caso, presentó un nuevo sistema de protección de derechos (DRM) para sus archivos digitales para calmar a sus autores.

Otras editoriales y plataformas de venta están haciendo justo lo contrario. Al igual que ocurrió en el caso de la música, los archivos protegidos por DRM pueden ser en parte responsables del aumento de las cifras de piratería ya que vuelven más complejo el proceso de compra y disfrute de los archivos. El pasado 15 de abril abrió sus puertas Lektu, una tienda de libros electrónicos sin ningún tipo de protección. Los archivos pueden descargarse en formato ePUB, el más extendido, o Mobi, compatible con los Kindle de Amazon, y reutilizarse en cualquier lector u ordenador sin tener que introducir contraseñas o certificados adicionales.

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